Cómo sobrevivir a la vida moderna siendo madre de 3, emprendedora y evolucionando

Cómo sobrevivir a la vida moderna siendo madre de 3, emprendedora y evolucionando

A veces muchas personas me preguntan cómo hago con todo.
Otras, en cambio, me critican y aseguran que por eso no avanzo tan rápido.
Con el tiempo entendí algo liberador: cada quien juzga desde la posición en la que está y trata de ajustar su realidad a la tuya… aunque nada tenga que ver.

Lo más sabio que he aprendido es esto:
ubicarme en dónde estoy, validar mi proceso y reconocer cuánto me falta para llegar adonde quiero ir, sin culpa y sin miedo. Desde ese lugar he logrado avanzar más que nunca.

Mis avances no han venido de grandes transformaciones ni de momentos heroicos.
Han venido de algo mucho más humano:

Intentar.
Fracasar.
Volver a intentar.
Y repetir otra vez.

No es motivación, es decisión.
Y como mamá de tres, empleada y emprendedora, puedo decir que ninguna de esas áreas depende de que yo esté inspirada todos los días. Depende de que me levante una y otra vez y me ponga en marcha.

Hay días en los que el cansancio pesa más que las ganas de jugar.
Días en los que la frustración económica es tan invasiva que ni siquiera te deja dormir.
Días en los que la organización se siente como más estrés, y la meditación parece una utopía.

Pero algo poderoso me cambió la vida:
nadie va a venir a salvarme.
Para lograr lo que quiero necesito algo más que soñar... necesito moverme.

Eso significa amar a los míos hoy, abrazar y corregir cuando toca, organizar mi dinero sin miedo (no porque alcance, sino porque observarlo me devuelve control), y evolucionar en mis habilidades para ser mejor empleada por ahora… mientras sigo construyendo un Bioarte más fuerte.

Escribo mis ideas más locas y positivas, pero también mis pensamientos más negativos, porque ahí veo mi lenguaje interno y puedo transformarlo frase por frase.

No todo es perfecto, pero es mío.
Y por primera vez, estoy aprendiendo a validarme por mi progreso, no por la velocidad.

Invitación para vos

Si estás leyendo esto, también quiero invitarte a que te valides por lo que ya lograste.
No por lo que falta. No por lo que otros opinan.
Por lo que sos hoy… y por lo lejos que ya llegaste.

Un paso, un día.

Regresar al blog